ALIMENTACIÓN
Cuando recibas a tu cachorro, seguramente los únicos
alimentos que ha probado son croquetas y leche materna. Deberás preguntarle al
criador cuántas tomas de alimento recibe en su momento. Es importante que
consultes al veterinario cuándo es el momento adecuado para disminuir las
tomas. Es muy importante que verifiques que tu perro coma. El que un perrito no
quiera comer y sea tiempo de que tenga hambre, no es una buena noticia.
Los chihuahueños tienen una predisposición a sufrir de
hipoglucemia. Pueden tener esta condición bien sea porque no comieron como
debieran, o no comieron lo suficiente, o jugaron mucho.
Sucede lo mismo cuando a un coche se le acaba la gasolina
y ya no podrá moverse. La hipoglucemia es una condición que si no es atendida
de inmediato, puede derivar en la muerte de tu cachorro. Por eso es muy
importante que estés pendiente de que coma bien.
Deberás ofrecerle agua
fresca y tenerla disponible todo el día. NO LE DES AGUA DE LA LLAVE. Dale agua
de garrafón, o filtrada. Tampoco hagas mezclas de agua con yodo o con cloro.
Los mejores utensilios donde tu perro come no son los que
tienen dibujitos, ni los más caros, sino aquellos que están limpios. Antes de
darle de comer o beber, deberás lavar los recipientes que usa. Y si ves que el
agua de su plato no es cristalina, deberás retirar el líquido, lavar aquél y
ofrecer agua fresca nuevamente. Los mejores materiales son el metal o la
cerámica.
Aunque la tentación sea mucha para ofrecerle un riquísimo
pedacito de jamón, o un trozo de esa pechuga de pollo tan sabrosa, o lo que sea
que estés comiendo; no le des de comer nada que no sea su comida habitual. A
los perros les cuesta mucho trabajo digerir un alimento distinto, y mucho más
si éste contiene irritantes o especies.
Si ingiere cualquier otra cosa que no sea su alimento
cotidiano, su salud puede sufrir serios trastornos. Tampoco permitas que
cualquier otro miembro de la familia lo haga. Explícales las serias
consecuencias que puede traer para su salud, y eventualmente para el bolsillo
de la familia, porque los costos del veterinario no son pocos; además de la
angustia que a todos les generará ver al animal enferma.
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